EL PRADO EXPONDRÁ SU COLECCIÓN DE RUBENS


El Museo del Prado cerrará su año expositivo 2010 con la inauguración el próximo 3 de noviembre de una exposición dedicada a su colección de Rubens (1577-1640), la más importante del artista que se conserva reunida en una única institución.
Coincidiendo con la clausura de las actuales salas dedicadas a estas obras, el Prado realizará una presentación especial, comisariada por Alejandro Vergara, jefe de Conservación de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte, del casi centenar de obras del prolífico pintor flamenco y su taller que atesora la pinacoteca con el propósito de recordar la importancia, amplitud y variedad de esta colección.
Numerosas obras maestras
El Prado cuenta con muchas de las mejores obras maestras de Rubens, como Lucha de San Jorge y el dragón (h. 1607), San Pablo (h. 1611), El jardín del Amor (h. 1633), Las tres Gracias (h. 1635), Ninfas y sátiros (h. 1635), Hércules y el Cancerbero (h. 1636), Saturno devorando a su hijo (1636-1638), Danza de aldeanos (1636-1640), Diana y sus ninfas sorprendidas por sátiros (1638-1640) o Diana y Calisto (1638-1640).
La muestra permitirá llamar especialmente la atención sobre la desbordante y singularísima expresión creadora del que fue pintor favorito de Felipe IV hasta su muerte y uno de los grandes genios de la pintura de todos los tiempos.
Portentosa creatividad
Pedro Pablo Rubens (1577-1640) fue el artista más admirado de su época en Europa. Su arte emana de una creatividad portentosa, y se caracteriza por su retórica expresiva y sus poderosas formas. Su objetivo era transmitir una visión exaltada de la vida que ayudara a acercarse a un ideal de excelencia humano. Rubens también trabajó como diplomático al servicio de la Monarquía Española y fue un gran conocedor de la cultura clásica, lo cual nos da una medida de la grandeza del personaje.
Por ser natural de los Países Bajos meridionales (la actual Bélgica), Rubens tuvo una fuerte vinculación con la familia real española, que gobernaba la región. La infanta Isabel Clara Eugenia, hija de Felipe II, le utilizó como consejero y apoyó su carrera artística. La posterior predilección de de Felipe IV por el artista, al que le encargó decenas de cuadros para decorar sus palacios madrileños, es la razón principal por la que el Museo del Prado conserva la mayor colección de sus obras.
Con motivo de esta exposición, el Prado presentará un documental dedicado al pintor que se ha venido realizando durante los últimos años en co-producción con el Centro de Estudios Europa Hispánica y con Angular Producciones, bajo la dirección de Miguel Angel Trujillo.
Madrid. Rubens. Museo Nacional del Prado.
Del 3 de noviembre de 2010 al 23 de enero de 2011.
Comisario: Alejandro Vergara, jefe de Conservación de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte del Museo del Prado.

EL THYSSEN EXPODRÁ A ANTONIO LÓPEZ




Ya hay fechas confirmadas para la esperadísima exposición que el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid dedicará al pintor español Antonio López (Tomelloso, 1936). Será el próximo verano, entre el 28 de junio y el 25 de septiembre, según ha adelantado el museo a través de su página web.
La muestra incluirá tanto óleos como dibujos y esculturas de algunos de sus temas más habituales, como son los interiores o la figura humana, sus paisajes y vistas urbanas, principalmente de Madrid, o sus composiciones frutales.
Considerado el padre de la denominada escuela realista madrileña, este prolífico autor camina en solitario por el panorama artístico español al igual que lo hace cuando trabaja en las calles de Madrid.
Huye de las modas, de las etiquetas y de todo lo superficial; concibe el arte como una relación íntima del autor con sus obras, en la que hay momentos de auténtica satisfacción que conviven con períodos de crisis y decadencia. Piensa mucho más de lo que pinta y ensaya mucho más de lo que esculpe. El privilegio de la práctica del arte es, para López, una forma de llenar y dar sentido a su vida a través de una lucha constante por cada una de sus obras, en las que nada es casual pero, paradójicamente, todo parece espontáneo, fortuito y esporádico.
Antonio López busca entre la realidad que le rodea aquellos aspectos cotidianos susceptibles de ser retratados en su obra, y lo hace con una elaboración lenta y meditada, buscando captar la esencia del objeto o paisaje representado.